Larian Studios aparece varios años después de los anteriores lanzamientos de la serie Divinity para darles a sus seguidores más de lo que seguramente esperaban, con una entrega en la que Rivellon está en más apuros que nunca.
Damien ha roto su sello que le desterraba en otro plano de la realidad, regresando para controlar las mentes de las criaturas más poderosas y extrañas del mundo: “Los Caballeros Dragónâ€, quienes han desatado la destrucción y la muerte.
Damien vuelve para vengarse de la humanidad. Con los dragones del lado del mal y el Divino asesinado, son los jóvenes de Rivellon los que deben deshacerse de ellos, convirtiéndose en “Matadragonesâ€. Encarna a uno de ellos y deshazte de una vez por todas del Maldito.
Divinity 2: Ego Draconis te devuelve al mundo de Rivellon, un mundo eterno impresionante pleno de magia destrozado por las sucesivas guerras apocalÃpticas. Lo que las gentes de paz que habitan esta tierra hicieron para merecer esta terrible calamidad, no lo pueden ni relatar los dioses, pero como dirÃa cualquiera de los señores de la guerra, el tiempo para las preguntas se desvanece cuando el Señor del Caos está esclavizando a tus familiares, quemando tus ciudades y sembrando sal en unas tierras que otrora fueron fértiles. Por segunda vez consecutiva esta encarnación del mal regreso de la dimensión infernal para teñir el oscurecido cielo de la sangre de los valerosos y por segunda vez los defensores de Rivellon no darÃan marcha atrás a pesar de las atroces pérdidas. A pesar de ello la victoria no les aliviaba, puesto que sabÃan que algún dÃa el Demonio regresarÃa.
Ya de vuelta, más pronto de lo esperado, porque, como ocurre en estos casos, el mal habitada dentro de ellos: los humanos, leales a las Hordas DemonÃacas, buscaron no sólo asegurarse del retorno del maestro oscuro, sino que intentaron otorgar a su demonÃaca forma un aspecto humano, por lo que más que venir para destruir la tierra de Rivellon llegarÃa para gobernarla. Este grupo, conocido como el Anillo Negro, era partidario de conseguir su objetivo y sin duda habrÃan tenido éxito sino fuera por la incansable vigilancia del afamado hechicero Zandarlor y la asombrosa fe del aventurero Lucian. Éste, guiado por las fuerzas del bien, se expuso a los siniestros esquemas del Anillo Negro y cuando llegó la ocasión se sometió por voluntad propia a un tenebroso ritual que le infundió los poderes de los dioses. El Divino habÃa nacido.
Abandonando los sombrÃos cuerpos al despertar, el avatar de la luz siguió al enemigo hacia su fortaleza, enclavado en lo más profundo de los vastos desiertos de Yuthul Gor, donde acechó a los enemigos y asesinó a cada miembro anciano del Anillo Negro hasta que finalmente, él y su diabólico lÃder, el Demonio de las Mentiras, se encontraron cara a cara. Este le sonrió y le dejo que era demasiado tarde: la transmutación estaba casi completada y el Señor del Caos caminarÃa sobre la tierra de nuevo. De hecho, tras él, en un enorme altar yacÃa un recién nacido, bajo una apariencia de inocencia subyacÃa un alma totalmente corrupta. La espada de Divine acabó con el demonio, pero a pesar de estar cerca de poner fin a la enorme plaga que asolarÃa Rivellon y que le obligarÃa a rendirse, no pudo acabar con el niño.