Las plantas carnívoras (también llamadas plantas insectívoras), están integradas por más de 600 especies. Son las que obtienen parte o la mayoría de sus necesidades nutricionales (pero no de energía) mediante la captura y el consumo de animales y protozoos, normalmente insectos (además de otros artrópodos). Estas plantas crecen generalmente en lugares donde el suelo es pobre, especialmente en nitrógeno, como las tierras ácidas pantanosas y en los farallones rocosos. Producen enzimas o poseen bacterias digestivas y absorben los nutrientes resultantes.
Las orquídeas son una familia de plantas monocotiledóneas que se distinguen por la complejidad de sus flores y por sus interacciones ecológicas con los agentes polinizadores y con los hongos con los que forman micorrizas. La familia comprende aproximadamente 25.000 especies, por lo que resulta ser una de las familias con mayor riqueza específica entre las angiospermas. Presentan simetría fuertemente bilateral, en la que la pieza media del verticilo interno de tépalos —llamada labelo— está profundamente modificada, y el o los estambres están fusionados con el estilo, al menos en la base.
Los hongos son organismos eucariotas entre los que se encuentran los mohos, las levaduras y los organismos productores de setas. Se clasifican en un reino distinto al de las plantas, animales y protistas. Se distinguen de las plantas en que son heterótrofos; y de los animales en que poseen paredes celulares, como las plantas, compuestas por quitina en vez de celulosa.
